martes, 15 de mayo de 2012

Amanecer en tu cuerpo




Y llego el alba descubriendo nuestros cuerpos en llamas, 
En la plenitud de la lujuria y las ganas, 
Que envolvieron la noche en una en una cacería de orgasmos, 
En donde tu boca y la mía, bebieron de la bendición de amarnos.


Ver tu cuerpo desnudo y aun cálido por el fulgor de mis besos,
Mientras plácidamente te entregabas al placer de los sueños,
Me quito las ganas de entregarme a Morfeo,
Para no interrumpir aquel maravilloso momento,
En donde nuestros cuerpos reposaban, entre roces, abrazos y besos,
Escapándonos del sueño, para hacernos el amor de nuevo.

Y ver tus caderas con la forma exacta para ser recorridas por mis manos,
Como la silla de montar que le encaja a la perfección al caballo,
Donde tu cuerpo y mi cuerpo fueron como la brisa azotando la palma,
Llena de ferocidad, sin llegar a dañarla.

Y mientras te hacía el amor, solo pensaba en letras,
Letras que describieran tu nombre y en mi poema tus huellas,
Mientras te besaba solo pensaba en versos,
Cuando mordías mis labios imprimiendo tú firma en ellos.

Y entre gemidos, sudor,  y el danzar de dos cuerpos,
Nuestras pieles se besaron, nuestros cuerpos se escurrieron,
Entre aroma a ganas, sexo, orgasmos y sentimiento,
Mientras te buscaba el alma en cada abrazo… En cada beso.

No me traje de ti nada, más que el dulce recuerdo,
De la mañana que nos hicimos el amor,
De la mañana que me entregue a los cielos,
Por sentir en cada espasmo,
Que moriría de amor en tus brazos,
Que moriría de ganas por tu sexo.



Elida Escalona
14/05/2012

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