viernes, 21 de mayo de 2010

Tu -A mi padre-

Hoy sé, que cuando las personas te fallan, llegas a decepcionarte tanto de ellas que se llega a pensar en no volver a confiar más,
Te sumerges en un mundo en el que deseas no tener que pedir nada para no deber nada,
Y te hundes mas y mas, hasta un punto en el que tu mismo sientes que eres así pero, yo se que en cada ser humano bueno o malo hay un alma que pide a gritos que la dejen expresar todo el amor que dios guardo en ellas antes de enviarlas a aprender en este mundo por eso te escribo esto…

Cuando era pequeña, mi héroe por muchos años fuiste tú,
Verte cada mañana vestir y salir a tu grandioso trabajo tan perfumado y hermoso fue mi orgullo,
Oír tu voz, recitar los poemas que solías decir cada mañana aunque sabiendo que no eran para mi, podía pasar horas escuchándolos sin aburrirme,
Cada cosa que hacia necesitaba de tu aprobación,
Tanto una tarea como una exposición,
Todo tenía que ver con ser mejor,
Solo y tan solo para llegar a ser tu emoción.

Tu carácter fuerte y tus regaños,
Pasaban desapercibidos ante cualquier halago,
Recuerdo con tanto cariño todos esos ocasos,
Que pasamos en familia frente a los lagos,
Frente al mar sauqueño,
Frente a aquel cabo,
Frente a tantos sitios insospechados.

Esos momentos hermosos de mi niñez me recuerdan cuanto te quiero,
Sin importarme todos los momentos en los que nos equivocamos,
Cada vez que los recuerdo dejo gritar a mi alma un desbocado,
Poquito de amor puro, sin rencores, sin resentimientos,
Solo con el pensamiento de que le quiero decir a mi padre “te quiero”.

Recuerdo también momentos de enorme tristeza,
Momentos en los que sentí que mi héroe volaba de mi lado,
Y se despedía muy decepcionado,
Por culpa mía por haberlo defraudado,

También aquellos en los que la decepcionada fui yo,
Aquellos en los que lamente amarte como te amaba,
Solo por dejarme llevar por la rabia,
Solo por ser una niña inmadura
Que veía las razones de su padre como una cruel tortura,

Llegue a puntos en los cuales creí odiarte pero, no deberías preocuparte,
Porque mi rabia jamás se convirtió en odio,
Solo en desolación, y tristeza, que me imagino causaron la adolescencia,
No te entendía, y no puedes culparme por eso todos cometemos errores,
Incluso tu los cometiste aunque para mi eras perfecto.

No se que pensaras tu de mi,
Ya que en días creo,
Que de tantas decepciones
Rompí cada uno de tus sueños,
Esos que hablaban de una hija modelo,
Esos que te decían que todo era perfecto.

Hay días en los que me siento sumamente triste,
Sin escuchar de ti un te quiero,
Ya se que eres poco afectuoso,
Pero escucharlo solo una vez yo quiero,
Para tener la certeza de que ya están olvidados,
Todos aquellos los momentos,
En los que te disguste tanto y saber que aun hay aprecio
De ese que se siento por un hijo en cualquier momento.

Yo se que los años pegan muy duro cuando uno va aprendiendo,
Se que a tu edad uno los ve desde adentro,
Y se que esos golpes de la vida a uno lo van endureciendo,
Pero también se que dentro de ese hombre duro, hay un corazón latiendo,
Y que por más cosas malas que pasen tu hija yo sigo siendo,
Eso yo lo entendí por eso se que te sigo queriendo,
Y pase lo que pase como mi héroe seguirás aquí adentro,
Que aunque errores cometas y nos faltes el respeto,
Entenderé que ese es tu carácter y dejare de verte los defectos,
Para verte de nuevo como mi padre aquel héroe aquel que yo tanto quiero.



Elida Lorena Escalona



Valencia; 17 de noviembre de 2004

No hay comentarios: